Cuantas veces oímos como nos
dicen con ironía eso de “correr es de cobardes”
Ahora bien cuando hablamos de
carreras que igualan o superan la distancia del Maratón, y si encima son por
montaña, la cosa cambia. Pasamos a ser “locos” y hacemos “carreras de esas de
locos”. Si a esto, cuando te preguntan, le añades que lo haces por disfrutar,
la cara que pone nuestro interlocutor es
de espanto.
Y es que uno se apunta a este
tipo de pruebas por el mero hecho de disfrutar, por que de verdad que cuando
terminas, la satisfacción es enorme y el sufrimiento lo has dejado atrás,
durante los largos meses que llevas preparando la prueba, entrenando con amigos
o simplemente solo, luchando contra las lesiones, sacando tiempo de donde no lo
hay y haciendo lo imposible por compaginar todo, con el trabajo y la familia,
que es la que realmente te permite llevar este “estilo de vida”.
De esta manera llega el gran día,
y si las lesiones te respetan, no te
importa madrugar lo que haga falta, o desplazarte los kilómetros que sean
necesarios.
En esta batalla nos juntamos el
día de antes Toño, Sarrio Mayor y yo. Recogida de dorsales en Ainsa y nos
fuimos para Morillo donde teníamos reservada habitación.
Después de la amena cena con
Pablo y familia nos fuimos a dormir. Corta noche y a las cinco de la mañana
para arriba. Desayuno en el pabellón de Ainsa, saludos a Vito, Reburun, Perro
Juan, Javier, Jesús y un montón de gente conocida. Control de firmas y a las
seis y cinco 360 corredores tomamos la
salida. El calor que hace a esa hora de la mañana augura un final bastante duro
y más aun con las pocas garantías con las que me presento debido a una
contractura sufrida en los isquios hace
una semana. El grupo no tarda en estirarse y con Toño y Sarrio Mayor formamos
un bloque inseparable. Se podría ir un poco más rápido pero mis piernas no dan
para más. A si que a ritmo de mula manchega, vamos tragándonos los kilómetros.
No tardamos en meternos en zona boscosa subiendo hacia el Mº de San Beturián, e
iniciando la particular vuelta a la
Peña en sentido contrario a las agujas del reloj. Pasamos por
varios avituallamientos y puntos de control, estratégicamente situados y
culminamos la primera subida fuerte en el Collado del Santo (1796 m .).
Continuamos con la
bajada al collado Cuvillert donde las verdes praderas invitan a tumbarse, nuevo
avituallamiento y seguimos bajando, esta vez por una cómoda pista que va entre
el bosque, a la sombra, durante 10
km . Al llegar a una zona de bordas nos aguarda otro
punto de control, ahora toca de nuevo coger la senda de la PR. Es medio día, el calor
aumenta y la atención disminuye, cruzamos un par de arroyos siguiendo las
marcas blanco-amarillo, de repente cogemos una pista bastante ancha, hay gente
por delante y el camino tira pino pino para arriba. Después de un buen rato
subiendo, no vemos más que unas marcas y flechas rojas en los árboles.
Consultamos el GPS de Toño, nos resituamos, bendito GPS. Efectivamente nos
hemos desviado de la ruta, estamos metidos en un cortafuego que termina en una
pista que vaya usted a saber donde va a parar. Vuelta sobre nuestros pasos
hasta encontrar la última marca, y efectivamente no la vimos, aunque una cinta
cortando ese camino no hubiese estado de más, pero bueno. Como a nosotros le
pasó a mucha gente. Forma parte de la carrera y nos llevamos casi media hora de
regalo. Seguimos enlazando sendas PR, camino de Ceresa, que no llega nunca.
Sensación de agobio por el calor. Nos separamos un poco, Toño se queda un poco
por detrás, Sarrio Mayor le espera, yo me adelanto, tengo ganas de llegar al
siguiente avituallamiento, voy sin agua y la zapatilla llena de piedras, es el
único tramo que nos separamos. A tres km de Ceresa hay otro punto de control en
el que está Israel de Wahkan, me ofrece un trago de agua fresca de su camel que
me sabe a gloria, continuo y entro en meta en la distancia de Maratón. Como
algo, bebo agua, isotónico, más y más agua. Al poco entra Sarrio Mayor, me dice
que se retira, le comento que se recupere y continuemos. Con la sed ya calmada
me como el bocata de jamón que guardaba para la ocasión, entra Toño diciendo
que aquí termina. Aunque creo que podrían haber continuado, se quedan los dos
para coger el autobús de vuelta a Ainsa. Quedan 22 Km . de carrera, me lo
pienso, la oferta es tentadora, en media hora se puede estar en la piscina, de
lo contrario quedan mas de tres horas de pateo.
Nos despedimos y continúo. En la
subida al collado de Ceresa cojo a un grupo que va a ritmo de tractor en
primera, vamos muy lentos pero no me importa, es una garantía. Después de una
hora larga de ascensión llegamos al avituallamiento del collado, magnifica
vista al pie de la Peña. Los 19 km restantes son de
bajada, salvo alguna pequeña tachuela. Como las piernas parece que responden,
para allá que vamos. Se me une Nacho, un mozo de Zaragoza que se estrena en
esto de las ultras. Hablando, hablando, dejamos atrás Oncins, Torrelisa y nos plantamos en El Pueyo de Araguás.
Prácticamente solos, habremos adelantado
a media docena de corredores y a nosotros nos a pasado un par.
Casi no podemos más, mucho calor
y sensación de vacío total, de haberlo dado todo, los cuadriceps se han quedado
por los caminos. Solo quedan tres kilómetros y hay que llegar como sea. Me tomo
el último gel y a un ritmo muy lento vamos por el cauce del río, que esta
completamente seco, siguiendo la GR
19 que nos lleva hasta Ainsa. Al entrar en el campo de fútbol oímos por
megafonía nuestros nombres, los ánimos desde una banda del campo, hacemos un
giro y al fondo el arco de META. Aplausos, más ánimos y enhorabuenas. Después
de once horas y media, por fin se terminan los cerca de 66 km . Algo tocado y como
siempre con los pelos como escarpias. Tras la meta me espera Sarrio Mayor
preocupado en que no me falte refrigerio.
El baño de después en la piscina,
con Peña Montañesa al fondo, espectacular, no se puede describir, pero también
forma parte de esa particular manera que tenemos de disfrutar, los que
disfrutamos haciendo estas “locuras”
Hola Miguel Angel, soy nacho, el mozo que se unio contigo, solo decirte que fue un placer compartir contigo los ultimos km de la carrera.
ResponderEliminarproxima parada valle de pineta, espero verte.